jueves, 11 de diciembre de 2008

Nuestra querida, contaminada y única Avenida Baralt


La popular y súper conocida avenida Baralt, es la muestra palpable que, nuestra querida y adorada Caracas, a éste ritmo, en cinco años será el estacionamiento más grande de Latinoamérica, y cuidado, sino del mundo.

La Baralt, como se le conoce, lleva ese nombre en "honor" al prócer venezolano Rafael María Baralt, emblemático en su rol principal en la batalla naval del lago de Maracaibo. Se encuentra en el centro de la capital, es la encargada de unir el norte con el sur de la ciudad. Sus paralelas son calles muy angostas y en horas pico son intraficables. Por ello, esta avenida es en pleno siglo XXI la ÚNICA vía para vivir, sufrir, tragar smog y lidiar desde el norte hasta el sur de Caracas.

Su trayecto no baja de dos horas, en ella confluyen incontables líneas de transporte público y una de las estaciones principales del Metro de Caracas (por no decir la más importante), además de miles de mototaxis, peatones que no respetan semáforos ni rayados, delincuencia, policías matraqueros y fiscales de tránsito que engalletan más el asunto.

El caos que la caracteriza, hace inferir que si no le hacen un segundo piso a La Baralt, llegará el momento en el que los carros no van a poder rodar, tanto así, que ya allí se vive una eterna hora pico, nunca esta despejada, incluso hasta los domingos es una locura.

Se debe buscar una solución pronta, La Baralt es emblemática, pero la misma realidad se vive en todas las avenidas y vías expresas de nuestra capital. Las autoridades se enfrascan en un sólo tema, mientras que la fuerza de trabajo que motoriza a este país, se consume a diario en interminables colas.

Ojalá alguien con autoridad de digne a tomar decisiones, y proyecte el futuro de Caracas, el futuro de una ciudad que va a implotar, a la que no le cabe un carro más, las vías no aguantan, la mismas que hace más de 50 años, lucían una capital cosmopólita.

La otrora sucursal del cielo, hoy se ha convertido en la franquicia del infierno, en la más estresante y peligrosa capital de Latinoamérica, la que provoca colapsos nerviosos cuando llueve o se va la luz.

Mi aporte y modesta idea, MUDAR LOS PODERES PÚBLICOS DE CARACAS, Brazil lo hizo y logró la ciudad más moderna, limpia y organizada del continente suramericano, Brazilia.

Hay miles de soluciones, solo hay que poner a generar ideas, traer especialistas en la materia, de lo contrario, esto se lo llevará quien lo trajo.

martes, 9 de diciembre de 2008

La navidad huele a pino

La llegada de la navidad, en nuestra amada ciudad capital, trae consigo el mismo caos de costumbre, pero potenciado con compras, regalos, excesos y muchas colas.

Entendida ésta realidad, nuestra realidad, mi realidad, salgo de mi trabajo feliz, sabía que era un lunes y feriado bancario, no había llovido, el sol me asaba el cráneo metido dentro de mi casco negro, pero algo me decía que hoy sí le ganaba a la cola, habían aires de victoria.

Eran como las 2:00 pm aproximadamente. Tomo la cota mil, sentido este-oeste, a la altura de Los dos Caminos, veo que no hay cola, acelero mi moto made in China.

Me pasan muy cerca dos carritos compactos, el primero lo conducía una niña que hacía tres días que había dejado la andadera, se pintaba los labios mientras manejaba, al mejor estilo Ripley.

El segundo si me estremeció la moto, a éste no lo pude ver en ese momento, luego más adelante sí, vi que era un "adulto contemporáneo", un trentón, que de su carro salía cierto olor a hierbas naturales, ecológico el casi calvo.

Yo, seguía conduciendo mi moto china. Ya me parecía un éxito tanto desplazamiento libre en tan concurrida avenida expresa. Pero mi libertad de cara al viento, pronto llegaba a su final. Ya en la salida de La Castellana, volví a ver a mis dos antes mencionados amigos, estacionados en tremenda cola.

La puberta aprovechaba para pintarse los ojos, el joven aún se regocijaba con el verdor de la montaña y preparaba otro...

Mi desconcierto era enorme, no entendía. Dos de la tarde, lunes bancario, además, cuando salí en la mañana, en mi ida a mi trabajo, no hubo cola, Dios ¿qué pasó?

Me calmé, ya esto es rutina y cotumbre, me dije, seguro es un accidentado o un montón de ramas que dejaron en el hombrillo, ¡claro! por aquello que el triángulo está mejor en la casa -así se conserva más nuevo-, o un accidente de esos que enlutan otra familia, porque no se explicó a tiempo que los pilotos de fórmula 1 son profesionales en esas lides y además ganan mucho dinero.

Pero no, nada de eso en mi recorrido, sólo una cola que rodaba muy lento, mucho calor, bastante humo, inexplicable lo que sucedía.

Entre tanto, yo seguía buscándome espacio entre los carros para avanzar. Calándome la cola al igual que un carro, porque pasarse de un canal a otro y quedarse en el medio de las líneas divisorias de los canales, es el pasatiempo más popular de la población, seguido del béisbol.

Más adelante, mi respectivo baño. Nunca falta ni sobra el personaje que se percata por el retrovisor que viene un motorizado y limpia su parabrisas, ¡Oh! está muy sucio. Él salió de su casa a las cinco de la mañana y a un cuarto para las tres observó que estaba sucio su parabrisa al verme a mi cuando venía. ¡Saludos a tu progenitora!

Avanzo hasta La Florida, allí el tráfico comienza a fluír un poco, y ya puedo cambiar la moto a segunda. Ya me faltaba poco para salirme en San Bernardino. A poco, no entendía la cola: accidente, no, escombros en la vía, tampoco, se desprendió un funicular, gracias a dios no era eso, sigo sin entender.

Paso el teleférico y entendí la inmensa cola que me vengo calando desde las dos de la tarde, un lunes bancario que se supone que no debe haberla.

Mi capacidad de asombro llegó a su límite. Mis ojos no podían entender lo que veían. No sabía si reirme o llorar mientras mi cráneo llegaba a 40 grados de temperatura, con mi cara negra como si venía de una mina de carbón.

Era un enorme pino de navidad que media como 15 metros, amarrado en el techo de un chevetico de dos puertas que no desarrollaba ni 20 Km/h. Además, dentro del carrito venían como dieciséis personas, el loro, el gato de una vecina y la abuela que vino de Cocorote, estado Yaracuy, a pasar las fiestas en Caracas y había que llevarla también a comprar el bendito pino.

A quién carajo se le ocurre semejante barbaridad, salir a comprar un pino un lunes a la dos de la tarde, como si el fin de semana no exite, como si los que hacen mudanzas no comen también para montar ese pedazo de arbusto en un camión y pagarles el viaje.

Para colmo va toda la familia en un carro para tres peronas, a escoger un pino que se supone que todos son iguales, para así, trancar la cota mil de punta apunta, un lunes y gracias a dios que era feriado bancario, porque si no la cola llega a Caucagua, nada más porque la familia que compra el pino unida, permanece unida...

Perdónalos señor...

¡Feliz Navidad!

viernes, 28 de noviembre de 2008

Los niños y los compactos

En concordancia con las entradas anteriores, en esta oportunidad traigo una sugerencia que alude directamente a todo aquel menor de 28 años que tiene la responsabilidad de tomar un vehículo en sus manos, y más si éste es un compacto de gran potencia en el motor.

Mi propuesta pasa por elevar la edad a 28 años para el otorgamiento de licencias de conducir. Continuando en el hilo conductual del blog, Caracas ya tiene más carros que personas, un parque automotor renovado, últimos modelos de la industria automotriz por doquier, que bella mi ciudad...

El lunar: niños entre 18 y 23 años de edad al volante. Niños que creen que lo carros son para acelerarlos sin importar que existen personas cohabitando este planeta, sin importar que adelante, al lado o atrás va una familia con niños, ancianos, con ganas de vivir.

No paso por la exageración, vean los accidentes o choques que se dan en las dos únicas vías expresas de Caracas, entiéndase Av. Boyacá (Cota mil) y la autopista Francisco Fajardo. Siempre están involucrados uno o más carritos compactos y cuando uno pasa al lado del choque, luego de las tres horas de cola, observa a un niño o niña que no pasa de 23 años, llorando mientras habla por el celular.

La propuesta tiene por objeto darle madurez y adultez al hecho de conducir, mínimo un ser humano debe ya a los 28 años tener al menos la orientación a la madurez y el sentido de la responsabilidad formado.

Con esto no quiero decir que un adolecente de 18 años no tenga sentido de responsabilidad al volante, pero es que realmente al ver los hechos y las estadísticas, la capacidad de asombro se ve desbordada al conseguir que nuestros jóvenes se estan matando.

Ojo en la Cota Mil

Los que por motivos de trabajo debemos tomar esta vía expresa los sábados a las 6:30 am. tenemos el desagradable honor de manejar con la cautela a su máxima expresión, esto debido a que los niños de los compactos vienen de amanecer de su noche de derroche, bebidos y en zig zag a 140 Km/h.

Los domingos, día que esta vía se cierra para el esparcimiento desde las 6:30 de la mañana, los bebes en el mismo son del párrafo anterior, toman esta vía antes que las bicicletas, deportistas, ancianos, niños y familias enteras tomen este espacio, a unas velocidades inimaginables y en algunos casos ya cuando la vía está cerrada.

¿Y los motorizados?

Este grupo de conductores a dos ruedas también deberían no tan solo elevarles la edad para las licencias, sino realizarles un exámen o prueba para el otorgamiento de la misma, que pase por una evaluación estricta teórica-práctica que amerite un año de curso intensivo de dos horas de clase diarias.

¿Exagerado? No creo, me quedé corto.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Los gases implacables


Las emisiones de gases tóxicos de los vehiculos, forman parte de esa cruda que se vive sobre el asfalto.

Si bien el parque automotor de la capital, y en general del país, se ha renovado,hay que aclarar que esa renovación ha sido únicamente de los vehículos particulares.

El transporte público de Caracas, es el factor más contaminante que existe. Chatarras ambulantes se encuentran prestando un "servicio", que en lo interno de ellas es patético, no es mejor el escenario afuera.

Tocarle un semáforo rojo detrás de uno de éstos vehículos de transporte público, es lo más cercano a una perforación pulmonar. Y no hay autoridad en el cosmo, que ponga coto a esta situación, sacándolos de circulación.

La nueva ley de tránsito terrestre, en su artículo 46 indica que todo vehículo debe tener un control de gases contaminante y ruidos, pero ¿quién debe velar por ese control?

Revisa la dirección http://www.leyesvenezolanas.com/ltt.htm y lo sabrás.

Si nos metemos en el tema de ruidos, hay que chequear las avenidas en horas pico, luego de lluvia, etc, y tendremos una idea. Tanto así, que hasta las motos contribuyen, le ponen cornetas de carros.

Y ni hablar de los niños que le colocan resonadores a los escapes, para que suenen "paao"

En la capital urge un cambio sustancial y de fondo de las unidades de tranporte público, estudiar otras alternativas, copiar experiencias de grandes capitales del mundo y transferir, hacer convenios, cambiarle petróleo por un programa digno, pero pronto, si no, acabamos con el planeta.

Eso sí, no repetir la "cagada" de comprar todas esas patrullas de la policía, ambulancias,carros de bomberos que trabajan con diessel, que cuando arrancan dejan una nube negra que mata a cualquier asmático.

Pónganle cerebro a la cosa a ver si salvamos a esta ciudad del caos en la que está.

jueves, 13 de noviembre de 2008

¡Epa usa la luz!


Caracas es una ciudad que de dos años a la fecha, se ha vuelto intransitable, insufrible,a punto de implotar. El crecimiento a niveles incalculables de la compra de vehículos,hace a nuestra amada ciudad un grandísimo estacionamiento en horas pico.

Este crecimiento vehicular ha devenido,positivamente, que el parque automotor de Caracas, se ha renovado considerablemente. Son muy pocos los vehículos (particulares), que están en la vía, que tengan más de una década de construídos. Es decir, vehículos del año en su mayoría.

Ahora bien, inexplicablemente es muy curioso cómo es que estos vehículos tan nuevos,y algunos casi nuevos NO LES FUNCIONA LA LUZ DE CRUCE.

Sí, debe ser que no les funcionan,porque es la única explicación que existe para que éstas no sean utilizadas.

Las luces de cruce, o direccionales son el único instrumento que posee un vehículo para que el conductor se comunique con el mundo exterior, ese que está afuera del aire acondicionado, del bajo y del reggeton a todo volumen dentro de los vidrios ahumados de tu carro.

El uso de las luces es importantísimo sobre el asfalto, avisas a tus cohabitantes del planeta que tu vas a girar a la derecha o a la izquierda. De esta manera el que está atrás o adelante sabe que vas hacer con tu vida en esos cinco segundos siguientes.

Vale aclarar que decir cinco segundos es un lujo, porque en el mejor de los casos, los pocos que usan las luces de cruce, lo hacen en menos tiempo, o la ponen ya cuando están cruzando, o cuando el carro de atrás les llegó para no perder el choque, tu sabes.

Por favor, pon tu luz de cruce, y sobre todo, con bastante anticipación, mínimo unos 50 mts. antes del cruce, y estarás contribuyendo enormemente con la civilización.

¡Epa usa la luz!

No me explico,por qué no las usan ¿será que está de moda no usar las luce de cruce?

Bueno, cuando se ponga de moda lo harán, o cuando salgan unas luces de cruce que tengan por objetivo encandilar a los demás.

Felicitaciones a los conductores vieja guardia con sus carritos viejos que no le sirven las luces, que avisan sacando la mano...

...mosca que viene el motorizado.

miércoles, 29 de octubre de 2008

La inconsciencia sobre el asfalto

Mucho es sabido por todos e incluso suena a lugar común, el hecho de que en nuestra amada Caracas - la otrora sucursal del cielo, hoy franquicia del infierno - el hombrillo es el canal rápido, la luz amarilla indica acelera, el cinturón de seguridad es para lucir unos "cositos" que ratifican la marca del carro, que el casco es para proteger el codo de los motorizados y el "déjeme donde pueda" significa "detengase donde le de la gana".

Esa relación "inconsciente" asumida por todos, convierte a esta ciudad un total caos, una ciudad sórdida y verdaderamente insufrible.

Sin querer profundizar en el tema, gracias a la transculturización de la que hemos estado sometidos por décadas, surgió en Caracas un fenómeno que se ha ido propagando por toda Venezuela ( a la vista de autoridades que no hacen nada ), me refiero al fenómeno tuning y los piques.

De verdad, no tengo problema en que la gente decida gastar su dinero colocándole accesorios a sus carros y haciéndoles más "potentes". El problema surge cuando tu individualidad toca, perturba, transgrede, la individualidad del otro.

Gran preocupación me causó cuando vi la película "Meteoro", sí, me preocupé mucho, porque si tan sólo vieron "Rápido y Furioso" comenzaron los piqueros del tercer mundo a dejar muertos en las autopistas de Caracas, pensé : "si ven Meteoro que los carros se sacan de las pistas,explotan, vuelan y eso es normal, estos enajenados que no separan la realidad de la fantasía del séptimo arte, van a convertir el Güaire en una chivera.

Mi preocupación aun persiste, más aun cuando en ese afán de poner los carros "arrechíiiisimos", le colocan una luces blancas de xenón, que molestan a horrores por el retrovisor y ni hablar en carretera si te vienen de frente.

Pero dejando tranquilo a mis amigos transculturizados, quiero hacer referencia a algo que pulula en mi cabeza y quiero compartir, se trata del traingulo deseguridad.

Pareciera que las personas cuando salen de vacaciones, para ganar espacio en la maleta, en lugar de dejar a la suegra, dejan el triangulo.

¡Diosss! el traingulo, para luego accidentarse y uno verlos improvisando con ramas, piedras, troncos, una lata y hasta un coche.Lo más patético es que cuando se van, dejan todo eso en el hombrillo, claro, menos el coche. Luego viene un hombrillero de oficio y plaff!! otro accidente.

El conducir cualquier vehículo es algo serio, lamentablemente nuetras leyes no tienen quien las haga cumplir, amén de que nadie se las sabe. Aparte de la inseguridad, los accidentes de tránsito en Venezuela cobran vidas por montón y eso pareciera que a nadie le importa.

Dato curioso, fíjense en los gerentes de operaciones de los terminales de pasajeros que declaran a los medios en los operativos de carnavales, semana santa, navidad, en fin en los éxodos de vacaciones, nunca son los mismos.

El que declara en carnavales no es el mismo de semana santa, de un mismo año, ¿por qué? porque fracasan, porque aquí no se toma con seriedad el transporte, el tránsito y sus afines.

Recuerda:
Motorizado ponte el casco, tú eres el parachoque.
Conductor ponte el cinturon, aférrate a la vida.
Peaton cruza en el rayado, si te dejan los otros dos.

domingo, 26 de octubre de 2008

Llegó la lluvia

La lluvia llegó y con ella la "Roncha" que pasan los motorizados de ésta ciudad,Caracas. No obstante, se mojan con la lluvia sagrada que cae del cielo, que ya con resignación la soportan, porque de una u otra forma hay que llegar al destino, sino el ser objeto de la intolerancia y la mala intención de todo aquel que en su mundo ideal, dentro de su carro con aire acondicionado y música a full, no dan paso para que el motorizado, aun mojándose, siga su camino.

Amigos conductores, las vías tienen unas rayitas blancas que separan los canales, por favor, dejen que los motorizados se transiten encima de ellas, no se cambien de canales sin ver, y mucho peor, no se monten en esas rayitas para que el motorizado no pase...

¿Saben que el motorizado no sólo se moja con agua del cielo sino también con el agua que los cauchos de sus carro levanta?

¿Será mala intención o rabia de que el motorizado, así sea bajo la lluvia, él no se cala la cola?

Una de dos, porque mientras el amigo que está dentro de los vidrios ahumados, se seca en la cola, el de la moto va trasladándose.

No pagues tu desesperación con el de las dos ruedas...